jueves, 8 de mayo de 2014

Despilfarros nupciales (O CADAVRE EXQUIS DE LA MORT).

En rotos pedazos de temible multitud
las grandes revoluciones de la naturaleza enroscan plegarias,
frenéticamente contraen el mentón, con reiteradas contracciones.

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Desnudo cruza la idolatrada Antártida con cantos verdes de poeta,
piensa, inevitablemente piensa, en los días en que lejana, una palabra se apoderó de él.
Rompe el velo. Corta sus cabellos. Derrocha el tibio aliento de la noche envejecida.
Muerde el sucio hueso que lo arrastra a la piedad. Piensa, inevitablemente piensa.

.  .  .
¡Nada ha ahorcado la grasienta cruz que motiva mi cuerpo!
¡dame libertad parricida, madre!

.  .  .
"No es el odio el que conduzca el hilo de mis pensamientos, sino que tengo miedo."
                                                                                             
El monstruo Maldoror.
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Hilvanemos los grandes pasos, majestuosidad, en figuraciones rebeldes,
curtidas, endebles, que se embotan en días fúnebres
de personajes contradictorios, pronosticando lumbres y condenas.

.  .  .
El tiempo es arena, arenales de arena, símbolo del recorte ferviente,
de ínfimos recursos y líneas entrecruzándose,
destacando irreemplazables desdibujamientos.
El limitado sostiene su endiosada pelea con la penalidad absoluta que lo forma.

.  .  .
El mortal se vanagloria, te dibuja la reserva doméstica de tus días,
simple cuestión enteramente despiadada,
afloja y menosprecia verdades de un uso fulminado,
cosa incipiente y voraz de la lejanía costera.

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¿Es suyo el dinero que lo enfurece, que le acuna con euforia en profanados altares?
¿Han corrido de angustia sus pies maltrechos, torcidos junglares del cuerpo?

.  .  .
Resquicios interponen, puntos suspensivos, ojos aparte,
miramos sin-sentidos que buscan ser desquicios consagrados, 
las piernas no quieren desencajar los tendones en los negros océanos de la plegarias preferentes,
que se secan, sonrientes, envueltos, discretos a nadie,
amenizando mientras se sostiene el saludo hacía el éxodo de la virtud.
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 L'AUTRE MONDE        
                                                            

-Poltergeist:  ¡Ingenuidad!, ¡qué colosales creen ser los jóvenes vagabundos que retroceden en medio de la confusión más absoluta, de lo grotesca que les resulta!, hasta la linde que los quiere transformar, ¡no se opongan a las desventuras del concomitante triunfo desligante!

-Doppelgänger: ¡habla de la metamorfa luz que baña la luna de eclipses! ¡habla de tomar veneno de la fuente! ¡habla de los huesos rotos y dislocados! ¡es una alegoría! ¡una maldita metáfora!

-Poltergeist: Si querría prenderme y crepitar cruzando esas raudas vilezas me daría de bruces contra un soliloquio de corceles defectuosos, meneándome cuál vertiente de purezas intransigentes.
Si predicas a la luna como lo haces con tu segundo pedazo que se disconforma en vos, mejor tratar una metáfora más diáfana.

-Doppelgänger: sobre vidrios rotos dio a luz mi madre, y con púas tachonó la piel del gran faisán que se enroscaba en mi cabeza. El otro cayó en las re-ga-lí-as de una cuna de oro burbujean-te. Él se entumeció, yo enloquecí al contacto.

-Poltergeist:  De las dinastías bimembres, oculares, surgimos para remembrar y aseverar que no solo estamos para reunirnos asiduamente, sino también para calsificar esa retracción ausente que nos quiere rodear cuando estamos en ella. Nunca nadie nos atisbó mejor.

-Doppelgänger: ¡en congregaciones muere el hombre! ¡con rotos atavismos y falsa luminaria mental canta el manicomio! ¡everything is running away! ¡broken bow!
¡la mort! ¡la mort des prophètes!


El mortal se vanagloria.

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