viernes, 2 de mayo de 2014

CANIS CATRANS

CANIS CATRANS
Mis antepasados, renombrables miembros de la familia Canidae, no soportaron siglos de peregrinaje; de adaptación a los climas, a las llanuras y montañas.
Mis abuelos no toleraron durante años la persecución, la soledad, la escasez, y el hambre. Mis padres no aguantaron el tener que sobrevivir en medio de Ellos. Rebajarse como simples perros infelices, para poder escapar del exterminio. No salvaron el honor de nuestra estirpe, encarnado en cada generación.
Yo no soy el representante de una raza venerable, para terminar aquí: junto a un tacho de basura, frente a una ventana, en una noche de invierno; viendo cómo uno de los nuestros es vencido una y otra vez, y de la forma más humillante, por ese ser inmundo: que no nace más que para ensanchar nuestros vientres, y dejar a otros igual a él, para que sacien nuestro estomago una vez más. Por ese estúpido correcaminos; chillón, inferior.
Ellos se burlan de él.

De nosotros.

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