miércoles, 24 de abril de 2013

Experiencias de una médica de papel.


-Buenos días señor, como le va? Le molesta si le hago una encuesta? 
El me miró y me sonrió. Tenía sonrisa de luna. Amarillo brillante, amarillo luz clarita. Piel curtida, andar lento y cansado, y sin embargo paró, me miró y me sonrió.
-No.. no se lo que es una encuesta-, me dijo sin dejar de mostrarme la luna de su cara
-Son.. (dudé)..son como unas preguntitas, es para la facultad de Medicina- 
-Aah, bueno, esta bien!-
-Qué edad tiene?- 
-Eemm.. 36.. no, 46!- 
-Profesión?- 
-Albañil, hago changuitas por donde me necesitan- 
-Tiene idea de cuanto cobra por mes?- Me enojé. Me enojé de muerte. Por qué tenía que hacerle esa pregunta? De qué le servía a la condenada cátedra saber un número que lograba que un hombre en un lugar del mundo dejara de sonreírme? Tan linda era su sonrisa. Se le cambió la cara, bajó la mirada.
-... $600, mas o menos..- Yo seguí preguntándole. No parecía enojado, todo lo contrario, estaba contento charlando, aunque la charla fueran esas preguntas vacías de encuesta. Preguntas que están por preguntar, por molestar, por evaluar mi nota de Cs Sociales y Medicina. 
– Fue a la escuela?- 
-Hasta 4to grado- No sabía leer. Tampoco lo necesitaba. Pero se notaba, le hubiese gustado. Me siguió contando, que vivía solo con su mujer, que en el invierno hacia frío, pero que con la estufa a kerosene andaban bien,y que el mate le gustaba amargo. Mi nota de sociales me importaba un carajo.
Pregunta 2, inciso d: sabe como se transmiten las siguientes enfermedades?:  ETS, hantavirus, hepatitis, escabiosis (un irrespetuoso “sarna” entre parentesis), fiebre uremica-hemolítica. Se rió. 
-La verdad no tengo ninguna!- Me reí también. 
-Qué bueno señor, qué bueno por usté- No parecía preocupado por la existencia de las enfermedades, no sabía cómo se transmitían, menos que eran peligrosas. Lo único que parecía importarle era no saber cómo responderme. En seguida le hice un chiste, el volvió a sonreírme  no era cuestión de ponerlo incomodo. No quise seguir preguntándole burocracias sanitarias. Le di las gracias, le sonreí (era tan fácil sonreirle) y me fui. Entonces el me dijo: De nada!- Y después  dirijiéndose a mis compañeros, agregó –Sigan haciendo eso que hacen. Sigan porque es un bien para ustedes y para nosotros también!-
SIGAN HACIENDO ESO QUE HACEN. SIGAN PORQUE ES UN BIEN PARA USTEDES Y PARA NOSOTROS TAMBIÉN.
Nunca me sentí tan ignorante.

                                                                                                                                      Eleanor Rigby

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