domingo, 26 de mayo de 2013

El boulevard de los sueños (casi)rotos.


¿Qué fue de las tiendas de videos cuando se inventó el DVD?
Cuando tenía seis o siete años cada sábado íbamos al videoclub del boulevard de los sueños (casi)rotos que atraviesa la 44. Es uno de los mejores recuerdos de mi niñez. Ahora que lo pienso creo que tenía siete años, pero la edad esta borrosa, igual que todo lo demás. Extraño esos tiempos, donde existían las películas en video, donde todo estaba bien y nadie reemplazaba a nadie por nada. Aquellos tiempos donde éramos cuatro en el auto, cuatro en la mesa, cuatro en todos lados, cuatro frente al televisor mirando una película en video ¿Por qué lo bueno se va tan rápido? Incluso mucho antes de que nos demos cuenta de lo bueno que era. No sé si en ese momento me daba cuenta de lo afortunada que era por tener un video, por ir a una tienda de video, porque seamos cuatro en el auto. Todo era hermoso, hasta que llego el DVD, y se llevó todo. Con su modernidad, con su juventud, con su atractivo se llevó todo lo (casi)perfecto en mi familia y desplazo a viejo video. Ahora de repente todos piensan en el nuevo DVD y nadie se acuerda que el video esta solo en casa, que el video se esfuerza a cada hora para que lo notemos, que trabaja doce horas al día, que no deja de sangrar, que en algún momento fue feliz.
Si me saco los auriculares siguen discutiendo.
A veces pienso que es mi culpa, no sé porque. La noche se hace día y yo vuelvo a ese viejo video club y me acuerdo de lo dichosa que era. Ahora todos cierran las puertas con fuerza, todos gritan y discuten, todos hacen valijas, todos se van, todos lloran, sufren, se mueren, te mienten, te cambian por un nuevo DVD. Me gustaría que no hubiera pasado eso.
Ojala dejaran de discutir de una vez.
El tiempo cansa y esperamos igual. Yo espero encontrar una tienda que todavía venda videos, o los alquile aunque sea. Alguien en el mundo nunca te va a dejar, supongo que ese alguien es mi video. Está un poco viejo, polvoriento, cansado, exhausto, y sin embargo esta. Con sus cuarenta y cinco años todavía esta. Quisiera que ese DVD jamás se hubiera inventado. Yo lo uso como todos, pero duele. Ese DVD rompió todo, o quizás no, tal vez toda su vida estuvo roto y yo no lo sabía.
Ya dejaron de discutir.
Te extraño video club, tanto que ni yo logro entender ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué tuviste que irte y lastimar a todos? ¿Por qué no luchaste un poco más por quedarte? ¿Por qué me lastimaste así yéndote? Yéndote sin saber que con vos te llevabas todo.
Silencio total, y el video llora, sangra, sufre.
Hace poco pase por el olvidado video club, y vi las letras viejas y oxidadas del letrero, y me puse a pensar en todas las veces que nuestro auto se estaciono por esa vereda, cuantas veces entramos por esa puerta, cuantas veces salude a la dueña mientras iba a alquilar la misma película de todos los sábados, cuando todavía éramos cuatro y el video era feliz, y no lloraba y no sufría y no estaba roto. Y al volver a ese lugar y ver ese letrero, viejo y roto, pensé en las personas que trabajan ahí antes y en lo felices que nos hacían, pensé en lo feliz que era cuando papá me decía -¿vamos al video club?- y todos íbamos, y todos sonreíamos y nos sentíamos felices, y éramos cuatro. Entonces comprendí que eso no iba a volver porque ahora está el DVD, y me di cuenta que ese letrero era un sueño roto.


                                                                                                                             Créme de l'air

No hay comentarios:

Publicar un comentario