sábado, 30 de agosto de 2014

Carta a Rocamadour.



Capítulo 32
 
 
Bebé Rocamadour, bebé bebé,  Rocamadour :

 Rocamadour, ya sé que es como un espejo. Estás durmiendo o mirándote los pies. Yo aquí sostengo un espejo y creo que sos vos. Pero no lo creo, te escribo porque no sabes leer. Si supieras no te escribiría o te escribiría cosas importantes. Alguna vez tendré que escribirte que te portes bien o que te abrigues. Parece increíble que alguna vez, Rocamadour. Ahora solamente te escribo en el espejo, de vez en cuando tengo que secarme el dedo porque se moja de lágrimas. ¿ Por qué, Rocamadour ? No estoy triste, tu mamá es una pavota, se me fue al fuego el borsch que había hecho para Horacio; vos sabés quién es Horacio, Rocamadour, el señor que el domingo te llevó el conejito de terciopelo y que se aburría mucho porque vos y yo nos estábamos diciendo tantas cosas y él quería volver a París; entonces te pusiste a llorar y él te mostró como el conejito movía las orejas; en ese momento estaba hermoso, quiero decir Horacio, algún día comprenderás, Rocamadour.
Rocamadour, es idiota llorar así porque el borsch se ha ido al fuego. La pieza está llena de remolacha, Rocamadour, te divertirías si vieras los pedazos de remolacha y la crema, todo tirado por el suelo. Menos mal que cuando venga Horacio ya habré limpiado, pero primero tenía que escribirte, llorar así es tonto, las cacerolas se ponen blandas, se ven como halos en los vidrios de la ventana, y ya no se oye cantar a la chica del piso de arriba que canta todo el día Les amants du Havre. Cuando estemos juntos te lo cantaré, verás. Puisque la terre est ronde, mon amour t'en fais pas, mon amour, t'en fais pas...Horacio la silba de noche cuando escribe o dibuja. A ti te gustaría, Rocamadour. A vos te gustaría, Horacio se pone furioso porque me gusta hablar de tú como Perico, pero en el Uruguay es distinto. Perico es el señor que no te llevó nada el otro día pero que hablaba tanto de los niños y la alimentación. Sabe muchas cosas, un día le tendrás mucho respeto, Rocamadour, y serás un tonto si le tienes respeto. Si le tenés, si le tenés respeto, Rocamadour.
Rocamadour, madame Irène no está contenta de que seas tan lindo, tan alegre, tan llorón y gritón y meón. Ella dice que todo está muy bien y que eres un niño encantador, pero mientras habla esconde las manos en los bolsillos del delantal como hacen algunos animales malignos, Rocamadour, y eso me da miedo. Cuando se lo dije a Horacio, se reía mucho, pero no se da cuenta de que yo lo siento, y que aunque no haya ningún animal maligno que esconde las manos, yo siento, no sé lo que siento, no lo puedo explicar. Rocamadour, si en tus ojitos pudiera leer lo que te ha pasado en esos quince días, momento por momento. Me parece que voy a buscar otra nourrice aunque Horacio se ponga furioso y diga, pero a ti no te interesa lo que él dice de mí. Otra nourrice que hable menos, no importa si dice que eres malo o que lloras de noche o que no quieres comer, no importa si cuando me lo dice yo siento que no es maligna, que me está diciendo algo que no puede dañarte. Todo es tan raro, Rocamadour, por ejemplo me gusta decir tu nombre y escribirlo, cada vez me parece que te toco la punta de la nariz y que te reís, en cambio madame Irène no te llama nunca por tu nombre, dice l'enfant, fíjate, ni siquiera dice le gosse, dice l'enfant, es como si se pusiera guantes de goma para hablar, a lo mejor los tiene puestos y por eso mete las manos en los bolsillos y dice que sos tan bueno y tan bonito.
Hay una cosa que se llama tiempo, Rocamadour, es como un bicho que anda y anda. No te puedo explicar porque eres tan chico, pero quiero decir que Horacio llegará en seguida. ¿Le dejo leer mi carta para que él también te diga alguna cosa? No, yo tampoco querría que nadie leyera una carta que es solamente para mí. Un gran secreto entre los dos, Rocamadour. Ya no lloro más, estoy contenta, pero es tan difícil entender las cosas, necesito tanto tiempo para entender un poco eso que Horacio y los otros entienden en seguida, pero ellos que todo lo entienden tan bien no te pueden entender a ti y a mí, no entienden que yo no puedo tenerte conmigo, darte de comer y cambiarte los pañales, hacerte dormir o jugar, no entienden y en realidad no les importa, y a mí que tanto me importa solamente sé que no te puedo tener conmigo, que es malo para los dos, que tengo que estar sola con Horacio, vivir con Horacio, quién sabe hasta cuándo ayudándolo a buscar lo que él busca y que también tú buscarás, Rocamadour, porque serás un hombre y también buscarás como un gran tonto.
Es así, Rocamadour: En París somos como hongos crecemos en los pasamanos de las escaleras, en piezas oscuras donde huele a sebo, donde la gente hace todo el tiempo el amor y después fríe huevos y pone discos de Vivaldi, enciende los cigarrillos y habla como Horacio y Gregorovius y Wong y yo, Rocamadour, y como Perico y Ronald y Babs, todos hacemos el amor y freímos huevos y fumamos, ah, no puedes saber todo lo que fumamos, todo lo que hacemos el amor, parados, acostados, de rodillas, con las manos, con las bocas, llorando o cantando, y afuera hay de todo, las ventanas dan al aire y eso empieza con un gorrión o una gotera, llueve muchísimo aquí, Rocamadour, mucho más que en el campo, y las cosas se herrumbran, las canaletas, las patas de las palomas, los alambres con que Horacio fabrica esculturas. Casi no tenemos ropa, nos arreglamos con tan poco, un buen abrigo, unos zapatos en lo que no entre el agua, somos muy sucios, todo el mundo es muy sucio y hermoso en París, Rocamadour, las camas huelen a noche y a sueño pesado, debajo hay pelusas y libros, Horacio se duerme y el libro va a parar abajo de la cama, hay peleas terribles porque los libros no aparecen y Horacio cree que se los ha robado Ossip, hasta que un día aparecen y nos reímos, y casi no hay sitio para poner nada, ni siquiera otro par de zapatos, Rocamadour, para poner una palangana en el suelo hay que sacar el tocadiscos, pero dónde ponerlo si la mesa está llena de libros. Yo no te podría tener aquí, aunque seas tan pequeño no cabrías en ninguna parte, te golpearías contra las paredes. Cuando pienso en eso me pongo a llorar, Horacio no entiende, cree que soy mala, que hago mal en no traerte, aunque sé que no te aguantaría mucho tiempo. Nadie se aguanta aquí mucho tiempo, ni siquiera tú y yo, hay que vivir combatiéndose, es la ley, la única manera que vale la pena pero duele, Rocamadour, y es sucio y amargo, a ti no te gustaría, tú que ves a veces los corderitos en el campo, o que oyes los pájaros parados en la veleta de la casa. Horacio me trata de sentimental, me trata de materialista, me trata de todo porque no te traigo o porque quiero traerte, porque renuncio, porque quiero ir a verte, porque de golpe comprendo que no puedo ir, porque soy capaz de caminar una hora bajo el agua si en algún barrio que no conozco pasan Potemkin y hay que verlo aunque se caiga el mundo, Rocamadour, porque el mundo ya no importa si uno no tiene fuerzas para seguir eligiendo algo verdadero, si uno se ordena como un cajón de la cómoda y te pone a ti de un lado, el domingo del otro, el amor de la madre, el juguete nuevo, la gare de Montparnasse, el tren, la visita que hay que hacer. No me da la gana de ir, Rocamadour, y tú sabes que está bien y no estás triste. Horacio tiene razón, no me importa nada de ti a veces, y creo que eso me lo agradecerás un día cuando comprendas, cuando veas que valía la pena que yo fuera como soy. Pero lloro lo mismo, Rocamadour, y te escribo esta carta porque no sé, porque a lo mejor me equivoco, porque a lo mejor soy mala o estoy enferma o un poco idiota, no mucho, un poco pero eso es terrible, la sola idea me da cólicos, tengo completamente metidos para adentro los dedos de los pies, voy a reventar los zapatos si no me los saco, y te quiero tanto, Rocamadour, bebé Rocamadour, dientecito de ajo, te quiero tanto, nariz de azúcar, arbolito, caballito de juguete ...

                                                                      (Rayuela)

lunes, 18 de agosto de 2014

To be a rock and not to roll..

"La pretensión vanguardista de unificar vida y arte fracasó por la simple razón de ser una falacia en sí misma. No hay nada que unir entre la vida y el arte, la vida y el arte siempre fueron una. La posible causa de la errónea perspectiva vanguardista puede tener que ver con la ausencia de público que implica la una sobre la otra."
 Humm Ann Anitie.

"El hombre es performativo de pies a cabeza. Cambia de papel, de representación, en un abrir-y-cerrar-de-ojos. Esa facilidad/dificultad reside en su interior. No se puede ser una piedra y no rodar, o sí."
 "Sentimentalismo/Intelectualismo, una disyuntiva que no existe", George Key Windsome.

"El hombre, en definitiva, siempre ha sido dios. Muerto dios, muerto el hombre y muerto el egoísmo, el hombre puede ser libre. Esta 'moraleja' enseña el 'Chyrah' de William Burgoise, que se puede alcanzar la libertad de dos formas y a través de ese hermoso poema al amor que es Chyrah es que lo demuestra. Una forma de libertad egoísta-ser libre de los 'otros', de los amantes- o ser libre de uno mismo-de la pesada carga de ser uno mismo-. Y como en todos los poemas de Burgoise es en la reflexión sobre uno mismo-y en todas las variantes de la autorreflexión- en donde el poeta se renueva y se viste de luna."
"Sobre los escritos vitamínicos de William Burgoise", James Carter-Thomas y Katherine Rudford.
 
"Al fin y al cabo la Alquimia, con 'A' mayúscula, como siempre se debe escribir, es el Arte (también con mayúsculas) primitiva, el origen unificado, la babel de las artes."
"¿Y si todo ya ha sido inventado?, una pregunta inmortal", Carlos Hernández Hernández.
"El Duat, esas estrellas a las que Therme le debe el vino visionario. Esas misteriosas construcciones celestes, esos andamios encandecentes, lluvia lumínica, eso que algunos ven solo por coincidencia."
"Andro Thot Clay, el misterio del fuego en el cielo", Lucía Desmond.

"Cuando sin egoísmos avanzamos, nos percatamos que al fin y al cabo todos somos los mismos e infinitamente diferentes al mismo tiempo."
Anónimo.

martes, 12 de agosto de 2014



 

                              el lugar aproximado en la mirada de un niño
                             
                              dis                                                             per
                                                               so


                               no es más que el mundo a través del espejo


                               alicia
                                         
                                            ca
                                               
                                                  yen
                                                       
                                                          do


                                mil pedazos mil espejos

                                fielmente en es
 
                                                 ca

                                          le


                                   ras


                                 nuestra alicia está no es de papel es de verdad






                                                                                                                            *Créme de l'air

lunes, 4 de agosto de 2014

No se diga más nada, que el tiempo es un redondel!

Domingo pre final. Encierro y libros de miles y miles de páginas que por el momento no serán leídas. Fifba en la bella ciudad de La Plata. Feria del libro independiente. Construcción en alguno de esos barrios que ando caminando de vez en cuando y por donde me brotan las ganas de cambiar el mundo, (y si no puedo, por lo menos lo intento) y el quiosco que me vende cigarrillos está cerrado de muerte. Veo pasar una mujer joven, con el guardapolvo puesto, deliro futuro. Y así, el bajón de domingo arremete feroz contra el enemigo, que sos vos, que somos todos. El domingo nos odia, y no tiene problema alguno en admitirlo. Debe ser por eso que los sábados a la noche entonces, como una especie de coraza en virtud de la defensa propia, uno intenta volarse de a poquito la cabeza, y actúa, se reinventa, cree a los gritos que lo mató. Es una especie de ritual, algo intangible, casi inevitable. El próximo quiosco más cercano también está cerrado. Está todo perfectamente premeditado, como si el domingo supiera que uno no puede vencerlo si no hay cigarrillos, o amor en su defecto. Ya me parece verlo, una sombra de humo color humedad, color cemento, esgrimiendo su arma más mortífera. El tiempo. Porque cuando a uno le sobra el tiempo, un domingo por ejemplo, le nace pensar qué está haciendo con su vida. Para donde apunta, que quiere, donde quería estar y donde está. Horrible. Por qué no se puede dejar de pensar por un rato, si volar los sábados es tan divertido? El maldito "poner los pies sobre la tierra" y apretá y que no se afloje.
Vuelvo a casa, voy cantando como para que el condenado no crea que ganó, fumo el último cigarrillo, lo disfruto y, por las dudas sonrío. Se que no me espera algo muy feliz, lo huelo. Y sin embargo, no me preocupo. Abro la puerta. Mate lavado y frío, paquetes de macitas abiertos de un par de días atrás, paquetes de cigarrillos vacíos, una cantidad de colillas incontables en el vacito de plástico pintado que uso de cenicero donde dice "Macri es puto" (aclaración, no hay una pizca de homofobia en esto, sino un resabio cultural más viejo que la peste, que me hace creer que esa palabra es un insulto). El abandono total. Si, ya se que el cree que ganó. Frente a semejante escenario, yo también lo creería. Pero no. Primero, porque sonrío. Y por qué no voy a sonreír, si ahora es sábado a la noche y tengo vino? Si su herramienta de guerra le juega en contra, porque ese domingo gris sin cigarrillos de hace cuatro meses atrás solo existe porque yo lo dejé que quede en mi cabeza. Si ese sábado con felicidad y vino de hace una eternidad sigue presente, aunque es pasado, porque yo lo invoco en el futuro? Sí, es verdad, ahora me inunda una tristeza parecida a la de ese domingo sin cigarrillos, pero algo cambió. Dejé de fumar. Sí, cagate de risa, pero el cáncer, viste? Y la tos. Y los casi 23 años encima, como un sweter mojado y frío, y la vida que me pasa encerrada en un departamento dos por dos mientras pasa el rebrote del ébola, y Gaza, y Ucrania, y los fondos buitres. Y va a pasar. Y la infelicidad, y las ganas de reírse sin parar, y otra vez la infelicidad. No hay con qué darle che, el tiempo es circular.